¿Cómo describirlo? Salado, increíble, espeso, misterioso. De colores azules que se entremezclan con los blancos terrones de sal, como fondo.
Así captaron mis ojos esta grandeza, este patrimonio natural. El punto más bajo del mundo, con la mayor concentración salitrosa por litro cúbico. Un traguito de estas aguas puede causar la muerte y el contacto con los ojos, la ceguera.
"Caminar por las aguas" fue un milagro que recita el Testamento Cristiano, algo ocurrido a varias horas de viaje de este lugar. Sin embargo uno entra en estas aguas y como por arte de magia comienza a flotar... "camina".
¡El cuerpo se aliviana y la densidad del agua es tal que uno flota, sí flota!
Las más ridículas posiciones se consiguen en el
Mar Muerto. De pecho, de espalda, de costado, parado, pero siempre flotando.
Dicen que los minerales que este Mar tiene ayuda , cicatriza y mejora la piel. Por eso la gente se "embarra" con lodo de este mar, espera que se seque y se meten al agua para que haga efecto.
Es increíble ver el contraste. Mar, desierto, montañas, aridéz, tanta historia, tantos acontecimientos.
En esta zona, la del desierto de Judea, se encontraron los famosos "
Rollos del Mar Muerto".
También
David se utilizó este lugar para esconderse del
Rey Saúl, después que el hijo de este último,
Jonatán, le contara que su padre el rey quería matarlo.
Actualmente este paraíso está compartido con
Jordania.
En frente del Mar se encuentra
Masada, lugar que guarda y cuenta una catástrofe para la historia del pueblo judío. Más de 900 personas se quitaron la vida, para no ser objeto de esclavitud o ser muertos en manos de los romanos.
Con una belleza única, y un pasado turbio, provocan emociones encontradas. Orgullo, tristeza, impotencia...
Acá un espécimen posando para Miranda...
Un abrazo a todos...
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